Este fin de semana, 25 de enero, se ha publicado en el Semanal una entrevista con este científico madrileño hijo de un zapatero del barrio de Chamberí. En ella nos habla por un lado del cáncer de una forma sencilla y por otro de su profesión.
Con respecto al cáncer, nos habla de él como un error en nuestro genoma y cuya causa es la acumulación de mutaciones que se producen a lo largo de los años, siendo una enfermedad más frecuente cuantos más años se cumplen. Además nos habla del tabaco y del sol como los agentes mutagénicos relacionados directamente con la aparición de esta enfermedad. En el CNIO investigan fundamentalmente el orígen y los genes -oncogenes- del cáncer. En la actualidad sabemos que esta enfermedad son en realidad más de 140 que hay que ir solucionando una a una, de ahí la enorme dificultad de su estudio.
Con respecto a su profesión, nos dice que su vocación sugió con 13 años cuando una profesora le regaló un libro sobre los ácidos nucleicos que le fascinó. Después estudió química, se doctoró y se fue a trabajar como investigador a EEUU donde permaneció durante 23 años, hasta que le ofrecieron la dirección de este centro en España. Nos cuenta también que las tres virtudes más importantes de un científico son la vocación, el rigor y la creatividad. Habla inglés perfectamente y conversa en este idioma con sus investigadores, siendo el CNIO un centro bilingüe. Considera que la investigación no está bien organizada en España y que debería estar basada en los méritos.
Me encanta que nuestro insti lleve el nombre de este gran científico. Ya sabéis, niños, si queréis ser buenos investigadores: "vocación, rigor y creatividad". Y por supuesto, hay que saber idiomas.
ResponderEliminarUn saludino.