Una mañana, al ir a asearse, Gregor Samsa no vio su imagen reflejada en el espejo...
... Se asustó porque creía que se había convertido en un vampiro. Ese día estaba solo en casa, se tocó los dientes y se dio cuenta de que los tenía puntiagudos. Continuó haciendo otros tipos de pruebas para averiguar si era un vampiro:
Por ejemplo, abrió la ventana y, en efecto, el sol le hacía mucho daño. Se acercó a un collar de plata de su madre y se tuvo que ir porque le daba asco; lo mismo le sucedió con los ajos.
También probó a convertirse en murciélago, de hecho, lo consiguió pero chocó bruscamente contra la pared y se despertó de la pesadilla.
Manuel Acedo 1ºA
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