La EBAU, un proceso carente de lógica y sentido, por Antonio Catela de 4ºB

Aún estando en pleno siglo XXI, lo más interesante en el trabajo de algunas personas es estar sentado en un despacho, con una televisión de cincuenta pulgadas y con vistas espeluznantes, con alguna que otra reunión que simule que su trabajo está siendo productivo y alguna taza de café, cobrando un sueldo muy por encima de la media y creando un sistema educativo tremendamente asqueroso.Dígame pues, para qué vale la EBAU, también llamada (porque a menudo se cambia, ya que no tiene pies ni cabeza), PreVau, selectividad, PAU o PAEU. 

Yo considero que este sistema está mal hecho ya que sus orígenes se remotan al siglo XIX y es tiempo de hacer algo diferente. Este sistema es muy bueno para estresar (más todavía, claro) a cada uno de todos los estudiantes de 2º de Bachillerato que quieren optar a entrar en la Universidad para 一por lo menos一 empezar a labrarse su futuro. Mi humilde opinión es que no sólo se piense en bajar la cifra total de estudiantes con carrera, ya que es una realidad que de una clase con ciento cuarenta personas, veinticinco de todos ellos, consigan graduarse en los cuatro años. Hay que pensar que todas esas personas, chicos y chicas de dieciocho años que quieren estudiar un grado para mejorar su futuro, merecen tener el título que buscan, y hay que darles todas las facilidades que de nuestra mano quede. Por lo que propongo que pudieran realizar un sólo examen que cuente con únicamente las asignaturas que puedan servirles en sus carreras, o como ahora se conoce, que tengan ponderación 0’2, o ni siquiera eso, y que les valga con la nota media de todo Bachillerato, sin necesidad de que nada más darles las notas finales de Bachiller, pasen las dos peores semanas de sus vidas, porque van a tener, muy seguidos, cuatro exámenes en los que tienen que tener un promedio de cinco (porque con un 4’99, o menos, la selectividad queda no apta), para poder estudiar donde quieran, y después, otros exámenes que les ayuden a subir nota, porque claro, si su nota final no pasa de la cifra que piden en la universidad para esa carrera, en la universidad que quiere estudiar, no podrán ir, o incluso peor, la carrera que quiere realizar, no puede ser estudiada.

“Estamos hablando de encontrar soluciones concretas a una situación temporal entre dos sistemas. Es, por lo tanto, una solución adaptada, que flexibiliza y brinda oportunidades a los estudiantes sin dañar a nadie”, estas palabras nos decían desde el Consejo de Educación el pasado mes de abril, hace ya un año. Mi respuesta: Si mal no recuerdo, la pasada selectividad, los estudiantes que la realizaron, la hicieron sin saber de qué se iban a examinar, y no es mentira, sin saber al menos unos contenidos mínimos, recuerdo como nos contaban: “Cada profesor se ha tenido que inventar sus contenidos, después nos barajamos si entraban o no, eso ya dependía de suerte”. Entonces, sinceramente, no entiendo cómo pudieron decir que flexibiliza, que era una solución adaptada, y, lo mejor, que brinda oportunidades a los estudiantes, sin dañar a nadie.

Por esto, y por muchos motivos más (como el pasado examen de Química con errores):

• Yo acuso a cada uno de los dirigentes y personas que crean la EBAU.
• Acuso también, la malísima organización de la prueba.
• Acuso a todas las personas que permiten que con una centésima menos, alguien no pueda estudiar lo que quiera y donde quiera.
• Acuso a las personas que no brindan oportunidades.
• También acuso a los dirigentes que creen que la selectividad está bien hecha.
• Acuso a las personas que no se lo ponen nada fácil a los alumnos de 2º de Bachillerato.
• Y acuso a todas las personas que no dejan nada claro qué sí y qué no tienen que estudiar los alumnos.

Porque esto tiene que cambiar...